En charla con Cambio de Lado, Guillermo Coria reveló detalles de su partido inolvidable contra Andre Agassi en Roland Garros 2003. ¿Cómo es enfrentar al ídolo de toda tu vida?. ¿Cuánto puede cambiar un partido de esta envergadura en la carrera de un jugador?. Eso y mucho más en estas muy interesantes palabras.
“El partido con Agassi en la cancha principal de Roland Garros lo recuerdo con mucha alegría. Era mi ídolo de chiquito y tenerlo del otro lado de la red en mi torneo favorito fue muy fuerte. Me acuerdo que iba break arriba en el primer set, y cuando reaccioné de la situación me puse nervioso y perdí el set”
“Veníamos de jugar en canchas rápidas. En Australia me tuve que retirar porque estaba leno de ampollas y con el piso tan caliente me era imposible jugar. Y en Cincinnati, el partido no duró una hora me dio una paliza tremenda. Entonces lo respetaba bastante”.
“Ese año en Roland Garros, arreglamos un entrenamiento, ahí fue todo normal y los últimos minutos jugamos un games. Le gané esos games y como que ahí le perdí un poco el respeto”.
Luego de perder el set que mencioné antes, me di cuenta que tenía que seguir por el camino que había comenzado y que me había dado resultado, me tenía que olvidar de quién estaba del otro lado. Termino jugando el mejor partido de mi carrera, ganando y haciendo un click decisivo para mi trayectoria”.
“Me acuerdo que la gente me empezó a reconocer mucho más la gente en la calle, aparecer más en medios. Ese partido fue un quiebre fundamental en mi carrera”.
Lo curioso es que desde ese Roland Garros, Agassi nunca más quiso entrenar conmigo porque decía que por esa práctica, yo le había perdido el respeto dentro de la cancha. Me lo contó Gil Reyes, su preparador físico”.
“Otra situación curiosa fue que cada 2 o 3 meses me preguntaba cuánto estaba pesando. Yo no entendía por qué era hasta que un día en Madrid le pregunté a Reyes y me dijo la verdad: Nosotros cada seis meses nos juntamos con todo el equipo de trabajo y analizamos qué es lo mejor que tiene cada jugador y se trabaja en que André pueda adquirir esas virtudes. Y él está obsesionado con tu velocidad y cordinación, dice que sos muy rápido y llegas muy bien parado. Por eso quiere llegar a tu peso para ver si puede lograr eso. Yo le digo que eso es imposible`. Fue algo incréible enterarme de eso